martes, 16 de octubre de 2012

La fruta es azúcar, no debemos abusar de ella.


Todos sabemos que el consumo de azúcar es malo para nuestra alimentación en muchos aspectos. Y con azúcar no me refiero solo a la sacarosa o azúcar de mesa. Existen diferentes tipos de azúcar que podemos consumir, como la mencionada sacarosa, la lactosa (azúcar de la leche), maltosa (azúcar de malta), o la fructosa (azúcar de la fruta), entre otros.

Respecto a la fruta, la mayoría de personas no sospecha de la cantidad de azúcar (fructosa) que contiene. Es un tópico escuchar: “mi alimentación es muy sana, porque como mucha fruta”. Nada más lejos de la realidad. La fruta no es tan sana y no nos ofrece tantos beneficios como nos han hecho pensar. Consumir mucha fruta hace que consumamos mucho azúcar, dañando nuestro hígado y desequilibrando nuestros valores hormonales.

En la actualidad, nuestra alimentación incluye demasiados azúcares, seguramente en toda la historia de nuestra especie jamás hemos tenido a mano tanta cantidad, y no hace falta pensar en el paleolítico o el neolíticoa principios del siglo pasado el azúcar era un lujo.

También es importante citar que, mediante la industrialización, la fruta ha sufrido una serie de cambios, y se ha ido seleccionando progresivamente la variedad más dulce.

Razones para limitar el consumo de fruta y fructosa

La fructosa es metabolizada por el hígado y no es una fuente rápida de energía. Por el contrario, la glucosa se absorbe inmediatamente y la energía sube y baja rápidamente. Todas las estructuras de nuestro cuerpo pueden metabolizarla. Pero la fructosa, es metabolizada y guardada, en gran parte, por el hígado en forma de glucógeno como reserva para cuando necesitemos hacer un esfuerzo.

Cuando la fructosa llega al hígado este se dedica en exclusiva a metabolizarla. Eleva la ghrelina en sangre y esta es la hormona que incrementa el apetito, por lo tanto ingerir fructosa no sacia el apetito y después sentirás más hambriento.

Teniendo claro esto, es bastante fácil darse cuenta que un exceso de fructosa hace trabajar demasiado al hígado y te predispone a sufrir una resistencia a la insulina y a la larga esteatosis (hígado graso por acumulación de grasas en la célula hepática). En grandes cantidades funciona como una toxina, el hígado necesita metabolizarla y lo hace transformándola en grasa y enviándola a nuestras células adiposas. En resumen, sí, la fructosa engorda.

Un exceso crónico causa dislipidemia, una alteración de los marcadores de lípidos en sangre lo que supone un riesgo de enfermedades del corazón. El cuerpo reacciona defendiéndose, aumentando sus niveles de colesterol para protegerse. La fructosa tiene los mismos efectos sobre el hígado que el alcohol, ambos en exceso son toxinas.

Por otra parte, causa resistencia a leptina, la hormona que regula el peso controlando el apetito y los niveles hormonales. Esta resistencia suele ser la causa de obesidad de esas personas que comen poco y engordan fácilmente. El exceso de fructosa en tu dieta puede ser la causa de todos los problemas asociados al síndrome metabólico (diabetes, hipotiroidismo, obesidad, enfermedades coronarias… etc).

Incrementa la producción de ácido úrico, y unos niveles altos nos pueden conducir a agravar una hipertensión, tener “piedras” en el riñón e incluso sufrir gota.

Las células cancerosas crecen y proliferan muy bien con la fructosa como fuente de energía.

Reacciona con las proteínas y las grasas poliinsaturadas (7 veces más que la glucosa) generando radicales libres que oxidan las células, contribuyendo a la inflamación crónica. Esto se traduce en un envejecimiento prematuro que también se notará en tu piel.

Un exceso también puede desequilibrar tu flora intestinal, promoviendo y fomentando el crecimiento de bacterias patógenas.

Cuanto consumir al día

En pequeñas dosis, la fructosa natural (frutas, verduras y miel) no es dañina y nuestro organismo está preparado para ello. El azúcar de la mayoría de frutas es mitad glucosa y mitad fructosaTomar más de 100 gramos de fruta al día puede ser problemático.

Debemos ser muy moderados en el consumo de fruta, si bien es cierto que al eliminar la mayoría de toxinas (gluten, aceites vegetales y alimentos procesados, etc.) de nuestra dieta, seguramente nuestro hígado y hormonas resistirán mejor el impacto de la fructosa. Pero, en cualquier caso, no debe convertirse en un hábito y si te preocupa tu peso no deberías consumir fruta con otros alimentos. Sin duda, la mejor hora para consumirla es sin dudarlo en ayunas.

Por último, ten en cuenta que lo que es realmente dañino para nuestra salud es mantener un alto consumo de azúcares cada día, bien sea por comer dulces, bien sea por consumir muchas “sanas” frutas….

Resumiendo:

- Consumir muchas frutas, no es saludable ni beneficioso.
- El consumo crónico de fructosa está relacionado con resistencia a la insulina, dislipidemia, esteaotosis, síndrome metabólico, etc.
- Tomar más de 100 gramos de fructosa al día puede ser problemático.
- El mejor momento para consumir fruta es en ayunas.
- Si quieres perder peso limita la fruta y consúmela sola, no con otros alimentos.

                   


FUENTES:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22457397

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22291727

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20086073

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21623683

www.megustaestarbien.com

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