lunes, 1 de octubre de 2012

Mito (VI). Consume mucha fibra.

En primer lugar, determinaremos dos tipos de fibra, con diferentes funciones: la fibra insoluble y la fibra soluble. La fibra insoluble es gruesa y áspera, y no se puede disolver en agua. Se localiza en cáscaras de granos, nueces, y en la mayoría de verduras. Cuando la consumimos, el volumen de las heces aumenta. Por otra parte,  la fibra soluble se encuentra en legumbres, semillas de lino y en algunas frutas. Se disuelve en agua para formar un material gelatinoso en el tracto digestivo, por lo cual se reduce la absorción de azúcares en el intestino.

Ambas fibras, conforman un grupo de moléculas de azúcar unidas mediante enlaces químicos, que nuestro organismo no puede romper fácilmente. En el intestino grueso, las moléculas de la fibra soluble se convierten en cadenas cortas de ácidos grasos, la fibra insoluble, pasa por el intestino sin pena ni gloria. Entonces, ¿cuáles son los beneficios? Se requiere un mayor esfuerzo para poder masticarla e ingerirla, por lo que se ralentiza la absorción de nutrientes en el intestino, y se “engaña” al cerebro, al recibir la señal de que ya se ha comido lo suficiente.

En la actualidad,  la mayoría de personas consumen aproximadamente unos 15 gramos de fibra dietética al día (dos piezas de fruta y dos ensaladas), pero las recomendaciones médicas hablan de 38 gramos al día para los hombres y 25 gramos para las mujeres, lo que equivaldría a 9 manzanas. ¿Por qué tanta diferencia entre lo habitual y lo recomendado? Porque algunos profesionales no encuentran otra solución a cualquier problema relacionado con el estreñimiento, que no sea un alto consumo de fibra. Estos consejos y recomendaciones no han sido probados con el método científico.

Sin embargo lejos de resultar en un beneficio, un exceso de fibra puede evitar la correcta absorción de zinc, magnesio, calcio y hierro en el intestino e inhibir la actividad de algunas enzimas pancreáticas. Tampoco hay evidencia científica de que sea beneficiosa para evitar el cáncer colorectal, dado que esta afirmación se basa en creencias y/o estadísticas de poblaciones que consumen abundantes cantidades de frutas y verduras. A través de afirmaciones como esta, la industria alimentaria utiliza y abusa de ellas para vender productos enriquecidos con fibra que te hacen ir al baño.
Lo ideal es que la fibra de nuestra alimentación, provenga de alimentos vegetales enteros (patata, verduras de hoja verde,  zanahorias,  bayas, semillas y frutos secos). Solo aquellas personas que tuviesen problemas intestinales más graves, deberían suplementarse con fibra soluble.
Método alternativo al estreñimiento:

El hecho de que se presente estreñimiento es una señal de alarma, que nos alerta de que algo en el sistema digestivo no va bien (a no ser que se deba a motivos emocionales). Debemos tener en cuenta que las dietas bajas en grasa causan estreñimiento, mientras que las dietas altas en grasa pueden causar diarrea.
Un aumento de grasa en nuestra alimentación va a producir la liberación de bilis desde la vesícula biliar, lo que, a su vez, estimula el reflejo gastrocólico. Esto a su vez provoca movimientos peristáltios que, a su vez, inducen a la defecación. Si no hay grasa en la dieta no se produce suficiente bilis en el organismo para conseguir dichos movimientos. Los alimentos ricos en grasa aumentan la motilidad (desplazamiento de la comida una vez digerida del estómago al ano) mientras que los carbohidratos y proteínas no tienen esos efectos.
La bilis está formada por dos ácidos, el ácido quenodesoxicólico (CDCA) y ácido desoxicólico (DCA). Estos ácidos hacen que se facilite el paso de las heces mediante la secreción de una pequeña cantidad de agua en el colon.
En conclusión, si aumentamos nuestro consumo de grasas, por ende aumenta la motilidad del intestino para tener un funcionamiento correcto. Algunos tratamientos médicos y/o farmacológicos, antibióticos y problemas hormonales (tiroides) pueden ser los causantes que impidan tener la ansiada regularidad. Si ninguna de estas es la causa que te afecta, añade más grasa en tu dieta y deja que la química haga el resto.

Resumiendo:
- La mayoría de personas consumen unos 15 gramos de fibra. Algunas recomendaciones instan a consumir unos 38 gramos.
- El consumo de fibra no ofrece beneficios en el cáncer colorectal.
- La fibra de nuestra alimentación debe provenir de alimentos vegetales enteros.
- Consumir más grasa puede ayudarnos a combatir el estreñimiento.

FUENTES:

www.megustaestarbien.com

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