El trigo que consumían nuestros
antepasados era muy distinto al que ingerimos en la actualidad, tanto en forma,
calidad como antigenicidad. Hasta el siglo XIX, el trigo se mezclaba por lo general con otros cereales y frutos secos.
Es sólo desde hace 200 años, cuando se comenzó a moler el trigo hasta convertirlo en harina
blanca refinada de trigo con un alto contenido en gluten.
Enfermedades relacionadas:
- El consumo crónico de gluten, puede acarrearnos una gran serie de enfermedades y síntomas.
- El gluten interfiere con el metabolismo y la absorción de nutrientes.
- Deberíamos eliminar completamente el gluten de la dieta.
Habitualmente, el trigo que
la gente consume ya no ha sido molido en molinos de piedra a partir de salvado de trigo, como antaño. A la
mayoría de los que estamos vivos hoy nos han alimentado a diario mediante
productos elaborados con harina blanca de trigo desde que contábamos con pocos
meses de vida, antes de que el recubrimiento interior del intestino
estuviesepreparado para filtrar el paso al torrente sanguíneo otra cosa que no
fuera la leche materna.
En la actualidad, la proporción de gluten en el trigo ha aumentado desmesuradamente gracias a la hibridación. La palabra gluten deriva de la palabra griega que significa pegamento, y sus propiedades elásticas y adhesivas son las que hacen que una rodaja de pan o un trozo de pastel no se desmenucen. Pero cuando ese “pegamento” entra en contacto con los intestinos interfiere con el metabolismo y absorción de nutrientes de los alimentos que componen esa comida. Y como no tiene casi ningún valor nutricional en sí mismo, poco beneficio obtenemos con dicha comida. Incluso las personas que no padecen alergia al trigo están introduciendo en su intestino un pedazo pegajoso que provoca estreñimiento, considerándolo una comida nutritiva. La menor de las reacciones al trigo en una persona es una sensación constante de leve fatiga. De hecho, arruinamos cada una de las comidas del día con uno de los alimentos con más antígenos que hay en el planeta.
En la actualidad, la proporción de gluten en el trigo ha aumentado desmesuradamente gracias a la hibridación. La palabra gluten deriva de la palabra griega que significa pegamento, y sus propiedades elásticas y adhesivas son las que hacen que una rodaja de pan o un trozo de pastel no se desmenucen. Pero cuando ese “pegamento” entra en contacto con los intestinos interfiere con el metabolismo y absorción de nutrientes de los alimentos que componen esa comida. Y como no tiene casi ningún valor nutricional en sí mismo, poco beneficio obtenemos con dicha comida. Incluso las personas que no padecen alergia al trigo están introduciendo en su intestino un pedazo pegajoso que provoca estreñimiento, considerándolo una comida nutritiva. La menor de las reacciones al trigo en una persona es una sensación constante de leve fatiga. De hecho, arruinamos cada una de las comidas del día con uno de los alimentos con más antígenos que hay en el planeta.
El gluten, una proteína
grande y compleja, y especialmente la parte llamada gliadina. La gliadina
es una glicoproteína (proteína unida a un glúcido) presente
en el trigo y otros cereales del género Triticum.
Gliadina y glutenina intervienen en la formación del gluten y son necesarias para que la harina se eleve durante su
cocción.
Sus propiedades similares a los opiaceos, que aumentan el apetito en algunas
personas, debido a que intervienen en el control de la cantidad de
comida que ingerimos. Esto sucede de forma similar en las adicciones.
Por tanto, los adictos a la comida (en especial al
trigo) se sienten bien
cuando toman estos alimentos y sufren
abstinencia cuando los eliminan. Cuando digerimos el trigo, se liberan exorfinas funcionan como endorfinas y relajan el sistema nervioso central, incluso durante la digestión
cuando se producen péptidos gastrointestinales.
Enfermedades relacionadas:
En primer lugar, está relacionado con enfermedades como artritis reumatoide, lupus, esclerosis múltiple y cáncer como linfoma pueden
derivarse de casos graves de enfermedad celiaca o sensibilidad extrema al gluten, en el peor de los casos. En el
resto de casos, se presentan síntomas como diarreas
sin ninguna causa, gases e hinchazón intestinal, dolores musculares vagos, infertilidad o confusión mental.
En segundo lugar, se han relacionado enfermedades como el autismo y esquizofrenia, debido a las exorfinas
producidas a través de la digestión del trigo. Esta relación surge, porque
se cree que por la permeabilidad intestinal que produce el gluten, las exorfinas pueden
llegar al cerebro y alterar las funciones
cerebrales.
Por último, dependiendo del tipo, también afecta a las
personas con anafilaxia, asma y urticaria. Un dato
interesante: hasta 2 años se tarda en conseguir no presentar antígenos con una
dieta libre de gluten.
Sin ninguna duda alejarnos del trigo en nuestra alimentación, con el premio de que no solamente perderemos peso, sino que también es más fácil luchar contra numerosas enfermedades y síntomas. A parte de los ya citados, tenemos: diabetes tipo 2, artritis, intestino irritable, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, depresiones, inflamación abdominal, etc.
Resumiendo:
- El trigo de antaño no es igual que el trigo moderno, ya que contiene gluten en exceso.
- El consumo crónico de gluten, puede acarrearnos una gran serie de enfermedades y síntomas.
- El gluten interfiere con el metabolismo y la absorción de nutrientes.
- Deberíamos eliminar completamente el gluten de la dieta.
FUENTES:
www.dietametabolica.es
www.megustaestarbien.es
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